El cáncer de cuello uterino es el cuarto tipo de cáncer más frecuente en las mujeres de todo el mundo y su detección temprana puede salvar vidas.
El 26 de marzo de cada año se conmemora el Día Mundial de la Prevención del Cáncer de Cuello Uterino, el cuarto tipo de cáncer más frecuente en las mujeres de todo el mundo y del que se estima que en 2018 hubo unos 570 000 casos nuevos.
El Virus del Papiloma Humano (VPH o HPV por su siglas en inglés) es el causante del 100% de casos de cáncer cérvico uterino. Se calcula que 8 de cada 10 personas sexualmente activas tuvo o tendrá contacto con algún tipo de VPH alguna vez en su vida.
Si bien se transmiten por vía sexual, no es necesario que haya una relación sexual con penetración para que se produzca la transmisión, el contacto directo con la piel de la zona genital también es un modo de transmisión reconocido.
Hay muchos tipos de VPH y muchos de ellos no causan problemas. Por lo general, las infecciones por VPH suelen desaparecer sin ninguna intervención unos meses después de haberse contraído, y alrededor del 90% remite al cabo de dos años.
Pero un pequeño porcentaje de las infecciones provocadas por determinados tipos de VPH puede persistir y convertirse en cáncer del cuello uterino, afectando principalmente a mujeres pobres, con bajo nivel educativo y cuya cobertura de salud es en el sistema público. Muchas de ellas no saben que existe una prueba para detectarlo o tienen dificultades de acceso al sistema de salud.
La prevención primaria comienza con la vacunación de las niñas de 9 a 14 años contra los VPH antes de que inicien su vida sexual. En la actualidad existen tres vacunas precalificadas que protegen contra los VPH 16 y 18, causantes de al menos el 70% de los cánceres del cuello uterino. Una de ellas protege contra otros cinco tipos adicionales de PVH oncogénicos, que causan otro 20% de los cánceres del cuello uterino.
En el caso de las mujeres adultas, se recomienda que todas se sometan a exámenes periódicos al cumplir 30 años para detectar las lesiones precancerosas del cuello del útero y tratarlas antes de que se conviertan en cáncer cervicouterino.
Recordemos que el cáncer cervicouterino se puede tratar de manera efectiva si se detecta en etapas tempranas. En estadios iniciales el tratamiento es quirúrgico y el porcentaje de curación es superior al 95 %. En estadios avanzados el tratamiento es quimio-radioterapia en simultáneo y su evolución está directamente relacionada con la etapa de la enfermedad
Fuente: Filonews