Lo dijo el diputado Pablo Yedlin desde Tucumán en entrevista con LATFEM. Es el presidente de la Comisión de Acción Social y Salud Pública, una de las comisiones que tiene injerencia en el tratamiento del proyecto de interrupción voluntaria del embarazo. La iniciativa de la Campaña Nacional por el Derecho al Aborto Legal, Seguro y Gratuito todavía tiene estado parlamentario al tiempo que se espera que el presidente Alberto Fernández presente la propuesta del Ejecutivo.
Durante ocho años Pablo Yedlin fue Ministro de Salud de Tucumán. Como médico, como pediatra, neonatólogo y especialista en salud pública, su posición en relación a la necesidad de una ley que despenalice y legalice el aborto es pública: en 2018 ya votó a favor del proyecto de la Campaña Nacional por el Derecho al Aborto Legal, Seguro y Gratuito. Este año le toca ocupar un rol clave en la nueva formación de la Cámara Baja: como diputado nacional por Tucumán es presidente de la Comisión de Acción Social y Salud Pública, una de las cuatro comisiones claves que tienen incumbencia en este tema. La semana que viene la Campaña se junta con Sergio Massa, presidente de la Cámara de Diputadxs, mientras la expectativa sobre el proyecto anunciado por Alberto Fernández crece a medida que lso tiempos se acortan.
—¿Cómo se prepara el Congreso para recibir el proyecto del Poder Ejecutivo sobre Interrupción Voluntaria del Embarazo?
—La letra chica del proyecto todavía no la tenemos pero sabemos que es similar al que ya se votó. Lo cierto es que todavía no llegó el proyecto. Es un tema de la salud pública que atraviesa todo el país, pero que hasta 2018 no había llegado a toda la sociedad. La sociedad ha madurado y puede dar una discusión mejor que en ese momento.
—¿Qué cambió respecto al debate que se dio dos años atrás?
—La discusión del 2018 atravesó a toda la sociedad, puso el tema en agenda y permitió que todos los argentinos comprendan que este es un problema de muchas mujeres que en absoluta desesperanza y ausencia de Estado acuden a la clandestinidad y eso genera muertes maternas absolutamente innecesarias.
Después, fue muy importante la decisión inmediata del Ministerio de Salud de la Nación, de Ginés Gonzalez García, de sacar un protocolo para las interrupciones legales del embarazo apenas asumió. Eso no había sucedido y en 2018 no estaba en vigencia. Y eso hoy permite que las interrupciones de embarazos en casos de violaciones, situaciones de riesgo de salud y vida al ser legales y protocolizadas quitan prejuicios.
En muchas provincias eran consideradas ilegales a pesar de que el Código lo decía con claridad hace ya casi cien años y la Corte lo ratificó. Es muy importante que se haya sacado, sancionado y sostenido ese protocolo.
En cuanto a lo operativo, va a ser una discusión más corta, porque las posturas son bastante claras: hay posturas morales y religiosas y posturas de salud pública atendibles. No se va a requerir un debate extenso en el tiempo de discusión y creo que va a poder llegar al recinto con rapidez.
—¿Y los votos son suficientes para lograr la sanción?
—En cuanto a la votación, me da la sensación que el cambio de la Cámara en 50 por ciento hace que la proporción a favor va a ser más clara que la otra vez. No va a estar ajustada la votación. El proyecto que manda el ejecutivo es un mensaje importante.
—Los activismos reclaman la urgencia de su tratamiento que ya es deuda de la democracia y fue promesa de este nuevo gobierno. Sin embargo, uno de los argumentos es contra de que se de la discusión es la propia crisis sanitaria….
—No tiene nada que ver. El sistema de salud está exigido pero este proyecto va por otro lado. Hay que aclararlo todavía: nadie va a obligar a nadie. Las personas van a continuar con sus creencias, su moral y convicciones
Hay mujeres y familias que toman una decisión y el Estado tiene que acompañar esa decisión. No puede dejar que quede en el riesgo la vida. Tenemos que entender que legislamos para el bien común de la población.
—Su postura en relación al aborto, ¿fue siempre la misma?
—Yo soy médico pediatra neonatólogo. He tenido una relación muy directa con la obstetricia y la ginecología. Mi experiencia me ha llevado a entender que la problemática de la muerte materna en muchos países en cercana a cero.
La muerte materna tiene que ver con tres momentos: el embarazo, el parto y el puerperio. No son enfermedades. Son momentos de la salud de las mujeres. Y la mortalidad materna tiene valores injustamente altos en nuestro país. Una sola muerte materna debe preocuparnos porque son muertes evitables.
El aborto ha sido una de las causas principales de muertes maternas. Aunque hay que decir que viene bajando por los desarrollos de la farmacologia y los métodos menos invasivos. Es poco probable encontrar un sanitarista en contra del aborto.
Tenemos que evitar embarazos no deseados. Y yo estoy decidido a que no haya más embarazos no deseados. Esto requiere una respuesta integral. Mucho más que métodos anticonceptivos, educación sexual integral, el acceso a esos métodos y una visión de género específica que pueda dar respuesta a las mujeres sin recursos económicos y no solamente a las que pueden pagar el acceso.
—¿Qué otras iniciativas hay en agenda en este momento en la Comisión de Salud?
—Hay 500 proyectos. Hemos trabajado en el proyecto en la Camara de Diputados, que ya tuvo media sanción y tiene dictamen del Senado, que brinda protección jurídica a los laboratorios que suministren la vacuna contra el coronavirus. Esperamos que se convierta en ley pronto.
Fuente: latfem.org
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