Semana de la lactancia materna: mi teta, ¿mi decisión?

La lactancia materna es una práctica que demostró tener múltiples beneficios tanto para madres como para bebés. Sin embargo, amamantar no es una obligación y cada persona gestante tiene el derecho de decidir cómo alimentar a su hijo. Si bien existen ventajas comprobadas, no es cierto que no amamantar implique consecuencias drásticas para la madre o el bebé.

En la Semana de la Lactancia Materna y para hablar del estigma de la mala madre que no da la teta, entrevisté a la doctora D´Angelo Luciana, Cirujana y especialista en Mastología en Centro Integral de Mastología (CIMA).

Dar la teta: mitos y beneficios

Como decimos, amamantar aporta muchas cosas positivas a los bebés, ya que la leche proporciona nutrientes esenciales y anticuerpos que ayudan a fortalecer su sistema inmunológico. «Estudios demostraron que los y las bebés amamantadas tienen un menor riesgo de infecciones respiratorias, muerte súbita, obesidad, diabetes y asma. Además, otra de las razones por las cuales se insiste en que este ciclo suceda al menos los primeros seis meses, la lactancia materna promueve un vínculo emocional entre la madre y el o la bebé«, explica la doctora.

Durante décadas las madres y personas gestantes llegaron al parto y al post parto sin valiosa información. El silencio fue durante mucho tiempo una herramienta con la que el sistema de salud contó para poder ejercer, sin consecuencias, la más brutal violencia obstétrica.

Pero los movimientos feministas con su último auge en nuestra historia pusieron sobre la mesa los prejuicios y las incomodidades de la madre ideal que todo lo puede y todo lo da. Aunque se sostiene, por ejemplo, que la lactancia reduce drásticamente el riesgo de cáncer de mama, esto no está probado y si bien puede tener un efecto protector, no es garantía de evitar esta enfermedad.

“Si no le das la teta a tu bebé, se puede morir”, “Si no le das la teta tu hijo no te va a querer”,  son algunas de las frases que médicos, parteras o integrantes del sistema de salud utilizan para violentar a pacientes que poco saben sobre el tema y que no tienen herramientas para responder.

Es cierto que la leche materna es el alimento más completo para el bebé, y su ausencia puede implicar riesgos nutricionales, pero las formas son el mensaje y el Sistema de Salud muchas veces desestima el contexto y el momento que puede estar atravesando la persona gestante.

Respecto a la figura de mala madre a quienes no quieren o no pueden darles la teta a sus bebés, Luciana refuerza: “La decisión de amamantar es personal y no debe ser objeto de juicio o culpa. Cada mujer tiene derecho a decidir cómo quiere alimentar a su bebé, y es fundamental respetar su elección. La maternidad ya implica suficiente presión y responsabilidad sin que se añada una carga social adicional de ser considerada ´mala madre´ por no amamantar».

Aún así, los beneficios a la hora de hacerlo no son sólo para el o la bebé: “El acto de amamantar libera oxitocina, lo que favorece la contracción del útero y ayuda a que este vuelva más rápido a su tamaño habitual después del parto, reduciendo el riesgo de anemia postparto. También se ha observado que amamantar puede tener un impacto positivo en el autoestima de la madre”, explica la doctora.

La ley te protege

Es esencial brindar información precisa y objetiva sobre la lactancia materna, para que las mujeres y personas gestantes puedan tomar decisiones informadas. Además, contar con el apoyo de profesionales de la salud y especialistas en lactancia es una tarea estatal que debe estar garantizada.

La Ley de Promoción de la Lactancia Materna N° 26.873 fue sancionada en Argentina y promulgada el 4 de diciembre de 2013. Su objetivo principal es establecer mecanismos para promover, proteger y apoyar la lactancia materna en el país.

Esta jurisprudencia te garantiza el derecho a dos pausas diarias para lactancia en el trabajo, tanto del sector público como privado. Estas pausas deben ser de al menos 30 minutos en el caso del sector privado y de una hora en el caso del sector público sin ningún tipo de descuento salarial. Las pausas pueden ser distribuidas en dos tandas, y la duración puede ser ampliada por razones médicas.

A su vez, la ley debe garantizar espacios adecuados para realizar la lactancia o la extracción de leche. Este espacio debe estar provisto de las condiciones necesarias para asegurar la privacidad e higiene.

La promulgación de esta ley ubica a nuestro país en un lugar de vanguardia aunque aún existen desafíos en su implementación efectiva ya que en muchos lugares no se cumple. Aún así, hay teléfonos a los que llamar si esto sucede: llamá gratis al 0800-222-1002.

¿Qué hacer si no quiero o no puedo?

Si bien lo ideal es que sí, no siempre es una posibilidad. Ya sea porque te duele, te hace mal, te da ansiedad o incomodidad, hay formas de alimentar a tu bebé de otra manera. Siempre, por supuesto, consultándolo con tu médico, médica o puericultora de confianza.

«Si la lactancia materna no es posible por algún motivo, existen otras alternativas para asegurar la adecuada nutrición del bebé. El uso de fórmulas infantiles puede ser una opción válida y segura, y la extracción y almacenamiento de leche previo a comenzar el tratamiento por cáncer de mama también es una posibilidad», explica la especialista y agrega: «Es importante contar con el apoyo de especialistas en cada caso particular, quienes podrán asesorar sobre la mejor opción y brindar el apoyo necesario para que las madres se sientan acompañadas y respaldadas en su elección».

La lactancia materna es una decisión personal que debe ser respetada y apoyada. Amamantar tiene beneficios comprobados, pero no amamantar no convierte a una mujer en una «mala madre». Es fundamental erradicar la culpa y los estigmas asociados a la maternidad y brindar información veraz para que cada persona gestante pueda tomar decisiones informadas sobre la crianza. El apoyo de profesionales de la salud y especialistas en lactancia no sólo es clave sino que es un derecho y una responsabilidad estatal.

Fuente: filo.news