Récord de calor en Brasil. Antes ocurrió lo mismo en Europa, en Estados Unidos, en La India y en China. El 2023 se encamina a ser el año más caluroso desde que se tiene registro. Pero no es algo aislado. El mundo va hacia un aumento de su temperatura media de entre 2,5 y 2,9 °C en este siglo, cerca del doble del objetivo ideal, según reveló un informe del Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente (Pnuma), que llamó a reducir las emisiones de gases del efecto invernadero y a acelerar la transición energética para contener el cambio climático.
En el mencionado trabajo, un grupo de científicos alerta que un calentamiento a estos niveles podría convertir a vastas regiones del planeta en prácticamente inhabitables para los humanos y provocar puntos de inflexión irreversibles en la tierra y los océanos.
El próximo jueves 30 arranca en Dubái, la COP 28, conferencia de la ONU sobre cambio climático que se extenderá hasta el hasta el 12 de diciembre. El informe del Pnuma que lo antecede, advierte que la temperatura media del planeta ya está 1,2 °C por encima de la que tenía en la era preindustrial, cerca de los 1,5 º C a los que debería limitarse.
«Es necesario tomar medidas drásticas ya», dijo el secretario general de la ONU, António Guterres, en conferencia de prensa en la sede del organismo en Nueva York. «Los líderes deben redoblar drásticamente sus esfuerzos, con ambiciones récord, acciones récord y reducciones récord de emisiones», y exige «arrancar las raíces venenosas de la crisis climática: los combustibles fósiles».
Guterres calificó de «un fracaso de liderazgo, una traición a quienes son vulnerables y una enorme oportunidad perdida» la brecha entre los compromisos de los Estados y lo que sería necesario para respetar los objetivos del acuerdo de París de 2015 y limitar el calentamiento global a 1,5 ºC respecto a los niveles preindustriales.
«Un cañón lleno de promesas incumplidas, vidas destrozadas y récords rotos«, añadió el titular de la ONU, que en estas horas está partiendo en un viaje a Chile y la Antártida, para observar con sus «propios ojos el impacto mortal de la crisis climática».
El informe
El trabajo del Pnuma es un nuevo grito de advertencia. Está previsto que 2023 sea el año más cálido de la historia. El texto señala que «el mundo está siendo testigo de una aceleración perturbadora en el número, velocidad y escala de récords climáticos superados».
Para reducir las emisiones lo suficientemente rápido como para evitar impactos catastróficos, «se requieren esfuerzos ambiciosos y urgentes de todos los países para reducir el uso de combustibles fósiles y la deforestación», señala el informe, que hace un llamado a todos los países para que lleven a cabo transformaciones del desarrollo con bajas emisiones de carbono en toda la economía, centrándose en la transición energética.
El carbón, el petróleo y el gas extraídos durante la vida útil de las minas y yacimientos en producción y previstos emitirían más de 3,5 veces el presupuesto de carbono disponible para limitar el calentamiento a 1,5 °C, y casi todo el presupuesto disponible para 2 °C, según el informe. La transición hacia un desarrollo con bajas emisiones de carbono plantea retos económicos e institucionales a los países de renta baja y media, pero también ofrece importantes oportunidades. Las transiciones en estos países pueden ayudar a proporcionar acceso universal a la energía, sacar a millones de personas de la pobreza y expandir industrias estratégicas.
Emisiones
La directora ejecutiva del Pnuma, Inger Andersen, instó a las naciones del G20, responsables de aproximadamente el 80% de las emisiones, a liderar las reducciones globales de emisiones. Algunas, advirtió, están en «modo pausa» y “es absolutamente crítico que el G20 intensifique sus esfuerzos».
El informe del Pnuma examina la diferencia entre las emisiones que aún serán enviadas a la atmósfera según los planes de descarbonización de los países y lo que la ciencia dice que se necesita para cumplir con los objetivos del Acuerdo de París de 2015, que estableció que los países acordaron limitar el calentamiento global «muy por debajo» de +2 °C, y si posible, a +1,5 °C.
Para 2030, las emisiones globales deberán ser un 28% inferiores a lo que sugieren las políticas actuales para mantenerse por debajo de los 2 °C, y un 42% inferiores para el límite más ambicioso de +1,5 °C, dijo el informe. Actualmente, el aumento proyectado debería ser del 3%.
Sin embargo, a menos que se reduzcan aún más los niveles de emisión en 2030, será imposible establecer vías de mínimo coste que limiten el calentamiento global a 1,5 °C sin rebasamiento o con un rebasamiento bajo durante este siglo. La única manera de evitar un rebasamiento significativo de 1,5 °C es acelerar significativamente la aplicación en esta década.
Compromisos de París
Según el Acuerdo de París alcanzado en la COP21 en la capital de Francia, los países deben presentar planes de reducción de emisiones cada vez más amplios, conocidos como Contribuciones Determinadas a Nivel Nacional, o NDC. El Pnuma calcula que la implementación completa de las NDC para 2030, sin tener en cuenta el apoyo externo, daría un 66% por ciento de probabilidad de que la temperatura media de la Tierra aumente en 2,9 °C para 2100.
Si no se toman en cuenta las promesas de reducción de emisiones, el mundo se encamina irremediablemente hacia más de +3 °C. Las NDC «condicionales», que dependen de financiamiento internacional, probablemente reducirían el aumento a +2,5 °C durante este siglo. El Pnuma remarcó que si se cumplieran en su totalidad todas las NDC condicionales y las promesas a largo plazo de emisiones netas cero, aún sería posible limitar el aumento de temperatura a 2 °C.
Pero advirtió que actualmente estas promesas de emisiones netas cero no se consideran creíbles, ya que ninguno de los países más contaminantes del G20 ha reducido las emisiones de acuerdo con sus propios objetivos.
Incluso en el escenario más optimista, la posibilidad de limitar el aumento de temperatura a +1,5 ºC es ahora solo del 14%.
La Organización Meteorológica Mundial acaba de señalar que los niveles de los tres principales gases de efecto invernadero, el dióxido de carbono, el metano y el óxido nitroso, rompieron récords el año pasado.
El Pnuma preconiza NDC más ambiciosos, y para ello deben ser actualizados de aquí a 2025. Andersen se dijo optimista ante la COP28, a pesar de las divisiones causadas por la invasión de Rusia a Ucrania y el conflicto entre Israel y el movimiento palestino Hamas: «Los países y las delegaciones comprenden que, independientemente de estas profundas divisiones que existen, el medio ambiente no espera y el clima ciertamente no lo hará».
Fuente: tiempoar