En medio de la suba de casos positivos de COVID-19 en todo el país, cómo se posicionan Ciudad, Nación y los gremios docentes frente a la vuelta a la presencialidad.
Con idas y venidas, la modalidad de las clases del ciclo lectivo entrante genera dudas en un contexto de aumento de contagios por COVID-19. Desde Ciudad quieren que la presencialidad empiece desde el inicio de clases, el 17 de febrero; Trotta habló de un sistema dual, que combina presencialidad y virtualidad; y hubo apoyos y resistencias por parte de dirigentes gremiales.
Ciudad
El pasado viernes 15 de enero se reunieron por primera vez en el año los gremios docentes y el gobierno porteño para debatir el retorno a las clases. En ella, las autoridades del gobierno de la Ciudad ratificaron el inicio de clases presenciales a partir del 17 de febrero.
Esta resolución ya la había anticipado el ministro de Salud porteño, Fernán Quirós, en su conferencia de prensa habitual del 13 de enero al confirmar que el ciclo lectivo 2021 comenzará el 17 de febrero en el distrito.
Al justificar la medida, el funcionario sostuvo que «el daño en los niños por no tener presencialidad es muy alto». Además, agregó: «No es un tema nuestro, es un tema de conocimiento universal. La contagiosidad de los niños a los adultos es bien inferior a la contagiosidad promedio de esta enfermedad».
En este sentido, aseguró que la Ciudad se prepara para brindar seguridad en cuanto a las medidas sanitarias y así «iniciar las clases con la mayor presencialidad posible», aunque también aclaró que «en esta enfermedad es muy difícil predecir de acá a muchas semanas por adelante».
El debate se da también en un contexto en el que el gobierno de la Ciudad realizó una quita de fondos al Plan Sarmiento -destinado a proveer a estudiantes de dispositivos tecnológicos- de 371 millones de pesos, que giró a la Dirección de Educación de Gestión Privada.
Esto fue publicado en 4 de enero en la Resolución Nº 1464/SSHA/20 y se detalla en la página 6 del Anexo I. En ella, el subsecretario de Hacienda del Ministerio de Hacienda y Finanzas resolvió la transferencia de fondos.
También se suma el recorte que hubo en el presupuesto 2021 al área de infraestructura escolar, el cual pasó de ser de $1798,1 millones en 2019; a $3068,7 millones en 2020; para llegar a $1140,4 millones, en 2021. Es decir, se redujo en poco más de un tercio, en un año el que la partida presupuestaria dirigida a Educación es la más baja desde que el PRO gobierna la Ciudad.
Lo asignado para Educación en el presupuesto 2021 alcanza poco más de 105 mil millones de pesos, lo que representa el 17,18% del total de la Ciudad. Son casi 22 mil millones más que en 2020, pero se trata de un aumento nominal del 26,9% respecto al año pasado: menor al 29% de inflación presupuestado por el jefe de gobierno porteño, e inferior al 49% del Relevamiento de Expectativas de Mercado (REM) del Banco Central.
Nación
Por su parte, el ministro de Educación de la Nación, Nicolás Trotta, en un discurso ambiguo sostuvo que la intención a nivel nacional es «maximizar la presencialidad cuidada» en el ciclo lectivo 2021 y que «la vacuna no es condición indispensable para comenzar las clases».
Sin embargo, también aclaró que la presencialidad se dará «según la realidad epidemiológica de los distritos» y aseguró que el objetivo es vacunar a todos los docentes en febrero.
En tanto, en sus últimas declaraciones del domingo pasado durante una entrevista para C5N afirmó que «no existe infraestructura que pueda permitir la presencialidad absoluta» actualmente en nuestro país.
Por eso, afirmó que las provincias «van a tener que transitar un sistema dual», con clases presenciales y también virtuales, y que «ningún país del mundo hay presencialidad del 100%».
Los gremios
Ante la posibilidad de regreso a las aulas, la Confederación de Trabajadores de la Educación (CTERA) publicó hoy un documento detallando las variables a tener en cuenta y las condiciones que se deben dar para la presencialidad.
El texto, que lleva la firma, entre otros, de la Secretaria General, Sonia Alesso, y el Secretario General Adjunto, Roberto Baradel, exige que se tenga en cuenta la situación epidemiológica en cada una de las jurisdicciones -a través de las paritarias- y las condiciones de infraestructura y bioseguridad en las escuelas.
En esta línea, señala que se deben llegar a «acuerdos paritarios que aseguren el cuidado de la vida y la salud de estudiantes y trabajadores de la Educación, así como la disposición de recursos tecnológicos y operativos necesarios para el desarrollo del trabajo docente en virtualidad».
El documento indica, a su vez, que la incidencia del COVID-19 en niñas, niños y adolescentes «ha aumentado desde el verano de Europa y Estados Unidos» y muestra «una tendencia paralela a los casos en adultos», por lo que los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) «han recomendado extremar las medidas de cuidado en las escuelas».
Sobre la vacunación al personal docente y no docente, el gremio acompañó la propuesta, entendiendo «que es una estrategia de contención epidemiológica colectiva».
Por otro lado, desde Ute-Ctera, el gremio mayoritario en la Ciudad, criticaron la propuesta de las autoridades de la Ciudad, luego de la reunión del viernes pasado. «El aumento de contagios en la Ciudad de Buenos Aires y la falta de infraestructura que garantice los cuidados sanitarios en los edificios escolares hacen que no estén dadas las condiciones para iniciar las clases presenciales el 17 de febrero», sostuvo la Secretaria General de UTE, Angélica Graciano.
Por esas razones, propusieron establecer un índice para la apertura de edificios escolares y el retorno a la presencialidad, con un sistema de semáforo, similar al utilizado por el CDC en Estados Unidos, según planteó la Secretaria.
Además, reclamaron por «la implementación de un esquema de vacunación para el personal docente y no docente» y «conectividad y computadoras para los y las estudiantes».
En tanto, el Secretario General de la Unión de Docentes de La Provincia de Buenos Aires (UDOCBA), Miguel Ángel Díaz, consideró que el regreso a la presencialidad «va a ser lento» y cuestionó a Trotta por considerar que «no estuvo a la altura de las circunstancias».
«El inicio de clases va a ser lento y va a tener que ver con el ritmo de la pandemia. El eje por donde pasa la discusión es que en su momento el ministro de Educación no se supo imponer y quien quiere imponer la política nacional educativa es la Ciudad de Buenos Aires, a través de su ministra de Educación y su ministro de Salud. Trotta no estuvo a la altura de las circunstancias», señaló el dirigente en diálogo con El Destape Radio.
Entre sus propuestas sugirió dividir a los alumnos en «grupos de tres y analizar qué espacio de las escuelas se puede utilizar», teniendo en cuenta que «hay 50% de pibes pobres por tanto hay muy poca conexión y esto hay que recuperarlo».
Por otra parte, un grupo conformado por familias, docentes y estudiantes de distintas escuelas se reunirá este lunes 18 de enero a las 19 vía Zoom «para pensar en conjunto las condiciones necesarias para un retorno seguro a la presencialidad en las escuelas».
Fuente: Filonews