La candidata a diputada por el partido la Libertad Avanza, Lilia Lemoine, habló en un programa sobre el proyecto que enviaría al Congreso de ser Milei el candidato que gane las próximas elecciones. «La renuncia de la paternidad», es la propuesta de esta candidata que generó indignación en redes y el repudio total de todos los organismos de derechos humanos.
¿De qué se trata y por qué todo lo planteado es falaz? En esta nota hablamos con Sabrina Cartabria, abogada, especialista y una de las impulsoras del índice de crianza para tratar de desenmarañar el mar de violencias de uno de los discursos más peligrosos de la neoderecha.
EL ERROR MÁS GRAVE
Cuando hablamos de igualdad, la lectura más simple podría ser la que realiza la poco informada candidata, si las personas gestantes pueden decidir abortar o no, ¿por qué los hombres no pueden hacerlo? Cartabia responde clara: «No existe ni la renuncia a la maternidad ni la renuncia a la paternidad porque el aborto se da antes de que seas madre. O sea, antes del nacimiento. Cuando cuando vos ya tenés un nacimiento, ya hay una persona y esa persona tiene derechos. Por eso no se puede renunciar a la paternidad ni a la maternidad. Hay convenciones internacionales que protegen esos niños y niñas«.
El problema más complicado en este debate es en dónde se pone el foco. La cuestión de la manutención de niños, niñas y adolescentes no puede medirse en una batalla imaginaria entre varones y mujeres, porque no es un derecho de las personas adultas sino de las infancias. Primer y gravísimo error del supuesto proyecto.
“La propuesta de que los varones puedan renunciar a su paternidad tiene graves problemas desde el punto de vista de los derechos humanos, primero y principal porque dejan una situación de mucha vulnerabilidad niños y adolescentes, hoy en día en nuestro país tenemos el grave problema que es el incumplimiento de la obligación alimentaria, que según datos oficiales tanto del ministerio de las mujeres de la Provincia de Buenos Aires como de UNICEF a nivel nacional nos hablan de que en siete de cada diez no la cumplen. O sea, en el 70% de los casos, los varones no cumplen con sus responsabilidades parentales, se desligan del cuidado de sus hijos y tampoco pasan la obligación alimentaria. La propuesta básicamente es legalizar y darle un marco institucional a esa práctica que es vulneratoria de los derechos de los niños, niñas y adolescentes”, sostiene la letrada.
Entre muchas cosas, el proyecto legalizaría la falta de identidad y la legitimidad del abandono. “Les quitaría también el Derecho a la Identidad y también el derecho al cuidado y a la obligación alimentaria, en este sentido lo que debemos resaltar es que esta propuesta que hace la candidata a diputada no es beneficiosa para la sociedad y es directamente una propuesta que va en contra de los derechos de los niños niñas y adolescentes”, indica.
Para tratar de entender a la pobreza de un país hay un factor a tener en cuenta que se ve que ni Lemoine ni La Libertad Avanza contemplan: la feminización de la pobreza. Ésta problemática explicada por economistas de todo el mundo trae consigo muchísima desigualdad en niños, niñas y adolescentes. “Tenemos que entender que si estamos buscando que el país esté mejor, que tenga crecimiento económico, es fundamental apostar a sostener a las infancias, a que las infancias no caigan en la pobreza. Con niños con más derechos y mejores cuidados y más protegidos van a ser los adultos del futuro que lleven adelante ese proceso de crecimiento económico que todos estamos buscando. Esta propuesta busca empobrecer a las infancias y sacarles derechos. Es aberrante y estamos muy en contra de eso”, sostiene Cartabia.
TODO LO QUE ES PONER EL CUERPO
La razón que Lemoine advierte respecto al supuesto proyecto es que, si las mujeres legalmente tienen el derecho a abortar, los varones también deberían tener la posibilidad de elegir. Ante esa premisa, lo primero y más fácil de responder es que los varones ya hacen uso de esa libertad.
Está socialmente aceptado e implícito que, al no poner tu cuerpo, el hombre puede desligarse en cualquier momento sin casi ningún tipo de consecuencia legal. Y digo casi porque si bien se puede llevar a la Justicia, el camino es tan engorroso y difícil que la mayoría decide ni siquiera iniciarlo.
Ante la incomodidad de Lemoine respecto a esta supuesta desigualdad entre las personas gestantes y los varones cisgénero, hay respuestas fundamentadas. El 20 de diciembre del 2020 el aborto legal fue conseguido en nuestro país después de larguísimos debates que dejaron en claro que, en este caso y en tantos otros, poner el cuerpo es lo que te da libertades.
“Las mujeres tienen derecho al aborto porque el proceso de embarazo y posterior parto se da en su propio cuerpo, por lo tanto nadie las puede obligar ni debería obligarlas a continuar con un embarazo si no lo desean y mucho menos a parir por todos los efectos que tiene el embarazo y el parto en el cuerpo. Además los efectos psicológicos y sociales que tiene estar embarazada y luego parir y llevar adelante una maternidad. Diferente es en el caso de los varones porque no gestan, por lo tanto tampoco pueden obligar a una mujer abortar porque ese proceso de aborto o de parto y embarazo se da en el otro en el cuerpo de otra persona”, responde contundente Cartabia.
USO Y ABUSO
El discurso de la candidata cae en muchas falacias pero una de las más básicas es confundir la no utilización de anticonceptivos con el abuso sexual. Cuando la conductora le pregunta que qué pasaría si en realidad es el varón el que decide no cuidarse (como sucede en la mayoría de los casos), Lemoine responde que si así sucede, eso es violación y que la mujer puede tomar la pastilla del día después para no quedar embarazada. La confusión es total. Además, si no hay embarazo, ¿de qué proyecto hablamos?
Lo interesante es que, cuando se quiere ubicar la responsabilidad en las dos partes que es, en definitiva, lo que sucede o debería suceder en un embarazo, Lemoine evade de forma caótica y errante la respuesta.
Aún así, como dijimos antes, los padres ausentes existen desde siempre y la mayoría no abona la cuota alimentaria. Lo único que conseguiría este proyecto es legitimar algo que ya sucede en la práctica y que complica la vida de millones de mujeres e infancias en nuestro país.
“Según los datos que tenemos del ministerio de la provincia de Buenos Aires a nivel provincial, pero también de UNICEF a nivel nacional, aproximadamente 7 de cada 10 varones incumple con el pago de la obligación alimentaria. Hoy en día tenemos un factor de incumplimiento de la obligación alimentaria que es muy grande en este país. Es la mayoría de los casos, no es un caso aislado. Lo que propone Lemoine es muy grave porque ella viene de alguna manera a ratificar y a decir que esos varones tienen un derecho a deshacerse de las responsabilidades que tienen que ver con el cuidado, cosa que pasa hoy de hecho”, indica la especialista.
Cuando un padre no quiere abonar la cuota alimentaria la justicia le embarga parte de su salario. Ni lerdos ni perezosos muchos padres piden que sus salarios, sus propiedades y sus autos no estén registrados para así poder evadir a la Justicia que tiene que realizar otras maniobras para intentar que los varones se hagan cargo. Penalizar y que no puedan renovar el registro de conducir, prohibir el ingreso a la cancha para que no puedan ver su equipo de fútbol y hasta embargándoles la luz y el gas.
Estas medidas desesperadas denotan la poca voluntad de los padres a la hora de hacerse cargo al menos de lo más básico. Y eso que sólo estamos hablando de dinero, la responsabilidad de un cuidado amoroso, paciente, estable y necesario para las infancias libres lo dejamos para otro momento.
Fuente: filo.news