Es imprescindible repensar las viviendas tras la pandemia

Argentina Green Building Council (AGBC), ONG líder a nivel regional en el desarrollo y gestión de estrategias que buscan acelerar la sustentabilidad y fomentar la transformación en el sector de la construcción del país, presenta los resultados de su informe “Barómetro de Hogares Verdes y Saludables”

Dicho informe es el primero en realizarse en Argentina durante la pandemia y tuvo como objetivo conocer la calidad de los hogares en el país y el cumplimiento de los requisitos necesarios para contribuir positivamente en la salud de las personas.

Durante 2020 AGBC consultó a más de 25 mil contactos de la base de AGBC de las cuáles el 87% pertenecía a una vivienda unifamiliar y el 13% multifamiliar. “Con este estudio AGBC busca difundir las buenas prácticas para contribuir con el cambio del mercado inmobiliario, priorizando el bienestar mental, social y físico de las personas”, comenta Paula Altavilla, presidente de AGBC. La encuesta estuvo dirigida a profesionales de arquitectura, diseño y construcción residentes en áreas urbanas y suburbanas del país.

Del total de participantes el 62% fueron hombres y el 38% mujeres, el 12% con edades de entre 21-30 años, el 27% entre 31-40 años y el resto mayor a 40 años. El 46,6% de los hogares relevados están conformados por al menos dos personas que moran en una vivienda con dos o tres dormitorios, representado en un 28,2% en ambos casos, mientras que solo el 3,8% vive en un monoambiente.

Una de las conclusiones más importantes del informe es que la mayoría de los encuestados tiene una evaluación positiva de su vivienda. El 46,1% se manifestó conforme y un 36,9% muy conforme, con el tamaño de su vivienda. El 74,1% vive en una casa unifamiliar con jardín o patio y el 45,6% vive en departamento con jardín, patio, balcón o terraza.

Sin embargo 1 de cada 5 argentinos habita en hogares con calidad de materiales insuficientes y 1 de cada 4 niños argentinos viven en hogares insalubres. El informe refuerza la importancia de que los edificios estén destinados para ser hogares seguros y saludables y que modernizar los edificios genera beneficios, no solo en la salud sino también en la reducción de facturas de energía y creación de empleos.

El 79,6% de los consultados respondió que trabajó mucho desde su hogar durante la etapa de encierro, lo que pone de manifiesto la capacidad de la vivienda para adaptarse al uso intensivo ocasionado por la restricción. De los encuestados el 71,4% no realizó actividad física en su hogar; el 55,3% tuvo dolores musculares, espalda o cuello; y solo el 36,5% se sintió feliz y en bienestar en su vivienda.

Es así que la pandemia ha reabierto viejos debates como ser, las características mínimas de las viviendas, el aprovechamiento de los espacios verdes, la iluminación natural y la carencia de las condiciones de habitabilidad básica, que pueden llevar a la aparición de problemas de salud, sobre todo en zonas vulnerables. Los dos últimos años de pandemia han cambiado la demanda de viviendas, se buscan casas y departamentos con terrazas y espacios exteriores.

La mala nutrición también es causa de enfermedades crónicas, pero los edificios pueden diseñarse para promover hábitos alimenticios y bebidas más saludables, como la instalación de filtros, diseñar cocinas con espacios acordes, zonas de refrigeración para frutas y verduras. “El ambiente interior se convirtió en un aspecto clave para la salud y el bienestar. Por largos meses las viviendas se convirtieron en un refugio, que debían estar preparadas para habitarlas las 24 horas, los 7 días de la semana. El COVID 19 puso de relieve el papel crucial de los hogares como espacio vital seguro y como lugar para acoger el juego, la enseñanza y el trabajo”, reflexiona Altavilla.

Teniendo en cuenta que las personas pasan el 90% de su tiempo en ambientes interiores, el informe logró identificar 6 atributos que las viviendas tienen que tener para ser consideradas saludables y sustentables:

1. Calidad de aire interior
2. Confort térmico y eficiencia energética
3. Iluminación natural
4. Ruido y acústica
5. Vistas y biofilia (conexión con la naturaleza)
6. Ahorro de agua

Frente a este escenario, se vuelve fundamental repensar las viviendas, fomentando el diseño y la construcción de hogares más eficientes y sustentables tanto para mejorar la calidad de vida como la protección del planeta.

Situación edilicia y habitabilidad en Argentina

Estadísticas de la Organización Mundial de la Salud indican que cada año, más de 4 millones de personas mueren prematuramente por enfermedades atribuibles a la contaminación del aire de los hogares y más del 50% de estas muertes son por neumonía en menores de 5 años causadas por aire contaminado. En Argentina, 3,5 millones de hogares – 1 tercio de la población- no tienen una vivienda adecuada; de las cuáles, 2,2 millones son viviendas deficitarias existentes y 1,3 millones son de hacinamiento crítico.

En Argentina hay 8,9 millones de casas y 1,9 millones de departamentos y el 83% de los argentinos vive en casa. La mayoría de los edificios están construidos con prácticas y códigos de edificación con mínimos estándares de seguridad, de calidad ambiental interior y de habitabilidad que garanticen la protección contra el frío, humedad, calor, lluvia, viento, etc.

“Es clave impulsar los incentivos que fomenten la inversión privada para la reconstrucción, sobre todo si se tiene en cuenta que solo el 2,0% del presupuesto nacional de 2021 incluyó la construcción y mejoramiento de viviendas del país”, destaca Altavilla. Si tan solo el 1,7% de las viviendas deficitarias se renovarán adecuadamente cada año, el número de hogares con humedad se reduciría a la mitad y las enfermedades respiratorias podrían reducirse en un 10% del total de hogares para 2050.

En Argentina el 9,5% de las personas padece asma, lo que implica tener que gastar USD 1.853 dólares en tratamiento y hospitalización en el caso de asma aguda; el 64% de los argentinos padece algún trastorno de sueño. Los edificios insalubres afectan no solo la salud sino el bolsillo. La rehabilitación energética de viviendas es la fórmula para reducir las facturas de energía y mejorar la salud y confort. Un informe de la Cooperativa de Estudios Económicos y Sociales Scalabrini Ortíz indica que cada punto del PBI invertido en la construcción genera 269 mil puestos de trabajo.

*El desarrollo del estudio contó con el apoyo de BGH, Schneider Electric, Protex, Vasa y Hydro

Fuente: Ecomundo