La cooperativa láctea lleva años de complicaciones y la recesión que generó el coronavirus obligó al gobierno nacional a buscarle una solución. En tanto, advierten que los acreedoresde Molino Cañuelas «debaten entre pedir el concurso y la quiebra».
En el caso de la cooperativa láctea Sancor, el secretario general de la Asociación de Trabajadores de la Industria Lechera de Argentina (Atilra), Héctor Ponce, dijo al medio local El Eco de Sunchales que existe «decisión política» para constituir un fondo fiduciario que administre la cooperativa.
«SanCor viene realizando una reestructuración en los últimos años y quiere seguir manteniendo su matriz de cooperativa. El gobierno coincide con esa postura e incluso el compromiso de asistirla pasa fundamentalmente porque es una cooperativa.
El sindicalista detalló: «El primer paso importante del gobierno nacional vino de la AFIP y su titular, Mercedes Marcó del Pont, que cambió los parámetros para que se le pueda refinanciar su pasivo, tomando en cuenta que es una empresa de la economía solidaria y que ha sido un factor clave en el desarrollo de la lechería nacional».
«En la conformación del fideicomiso están trabajando el Ministerio de Desarrollo de la Nación a cargo de Matías Kulfa, representándolo Emmanuel Álvarez Agis; también está involucrado fuertemente el INAES directamente con su presidente, Mario Cafiero; el Banco de Inversión y Comercio Exterior y otras entidades muy importantes que por ahora no puedo hacerlo público, para que junto con SanCor podamos encontrar la mejor salida a esta crisis. También se lo invitó a participar a Baf Capital, el mayor acreedor de la cooperativa láctea», cerró.
En tanto, el portal La Política Online informó que los acreedores de Molino Cañuelas «debaten entre pedir el concurso y la quiebra».
Las dos megadevaluaciones durante el gobierno de Mauricio Macri complicaron su situación y la crisis financiera que se vive a nivel global están haciendo aún más difícil su presente.
«Los casi 40 acreedores -entre los que figura también el Banco Nación – que al igual que con Vicentin es el que más expuesto quedó-, el HSBC, Rabobank y el Galicia -el que le otorgó un crédito de 30 millones de dólares apenas días antes de que la empresa decidiera suspender los pagos-, designaron un representante para la negociación y el seguimiento de la empresa. Se trata del contador Juan José López Forastier, experto de agronegocios de Deloitte y que en Molino Cañuelas aseguran que solo es un veedor.
Según pudo saber LPO, con el Galicia las deudas ascienden a los 30 millones de dólares, con Rabobak a 15 millones y con el HSBC, a 50 millones de dólares.
Pero las negociaciones se trabaron porque los acreedores no están cobrando y no hay unanimidad entre los bancos respecto del curso de acción: forzar a Molino Cañuelas a a pedir el concurso de acreedores o directamente pedir la quiebra y liquidar Molino Cañuelas para poder recobrar el activo. Desde la empresa, con la asesoría de Lazard y Columbus, por el contrario creen que todavía existen ‘buenas posibilidades de llegar a un acuerdo privado'».
A sí las cosas, Vicentin no es la única que está atravesando dificultades y el gobierno prepara asistencia para cada caso en particular con distintas herramientas.