La actriz Julieta Díaz contó que su hija Elena tiene parálisis cerebral a causa de falta de oxígeno durante el parto. Cómo daña esta situación al cerebro de los bebés.
El vientre materno suele ser un lugar seguro. En un embarazo normal, todo está garantizado. Por ejemplo, el bebé no usa los pulmones porque el cordón umbilical los abastece de oxígeno. La sangre con niveles altos de oxígeno fluye a través de la vena umbilical hacia su corazón y desde allí se distribuye a todo el cuerpo.
En el caso de la asfixia intraparto, los especialistas coinciden en que no es un término bien definido. No se sabe si ocurre antes del parto, durante o después. Lo que sí está claro es que el déficit en la oxigenación del feto durante el proceso del parto puede dañar al cerebro en forma irreversible.
El oxígeno se necesita para las funcionas vitales. Su disminución causa una reducción del metabolismo de la glucosa, elemento que sirve para que las células produzcan energía. Si no reciben la glucosa necesaria, la célula no puede mantenerse y muere.
«Todos los fetos presentan algún grado de hipoxia durante el nacimiento. No sabemos durante cuánto tiempo esta hipoxia debe estar presente para ocasionar un daño irreversible en el feto humano», plantea a Con Bienestar Mario Palermo (M.N. 42.554), especialista en Medicina Fetal y Profesor Titular de Obstetricia de la Facultad de Medicina de la Universidad de Buenos Aires.
La hipoxia o reducción de oxígeno produce que el organismo del feto reaccione reconduciendo el poco oxígeno que recibe hacia el cerebro y el corazón, que son dos órganos vitales. Si el déficit dura mucho tiempo, la muerte celular es más amplia y llega a afectar al cerebro y al corazón.
Según el Consenso Argentino sobre Parálisis Cerebral, es de difícil prevención y la asfixia perinatal no es la causa principal de parálisis cerebral.
«En un chico con diagnóstico de parálisis cerebral no se puede precisar el momento del embarazo en el cual se produjo la lesión», señala Palermo, y agrega que se demostró que pese a las mejoras en la calidad del cuidado perinatal y un aumento en el porcentaje de cesáreas, las tasas de parálisis cerebral permanecieron estables en los últimos 40 años.
«Los estudios epidemiológicos sugieren que los cambios en el cuidado perinatal son efectivos para reducir la morbimortalidad neonatal pero no para disminuir la prevalencia de parálisis cerebral», resume el especialista.
Las secuelas a largo plazo de la asfixia al nacer dependen de la parte del cerebro lesionada y de la gravedad de esa lesión.
Sobre los bebés prematuros
El riesgo de parálisis cerebral aumenta en los recién nacidos pequeños para su edad gestacional en relación probablemente con los factores que causan esta alteración del crecimiento: problemas placentarios o infecciones.
«En estos recién nacidos, la asfixia intraparto es mucho menos probable que sea implicada como responsable de una futura parálisis cerebral que en el caso de los recién nacidos de término», finaliza Palermo.