Un problema enorme que desnuda la pandemia resulta de las limitaciones de la logística en la Argentina, de la organización de su sistema bancario y parabancario, y de los controles necesarios. Todo esto con el pico del covid-19 por delante y una presión enorme para flexibilizar todo.
Durante varios meses nos hemos familiarizado con el seguimiento del riesgo-país, sin comprender, en el caso de la mayoría de la opinión pública, qué significa realmente el indicador riesgo-país. Técnicamente, es el costo de un seguro que, en teoría, mide el costo del riesgo de insolvencia de una deuda.
En el caso que preocupa a los argentinos, la banca JP Morgan, especializada en servicios financieros, desarrolló un índice conocido como EMBI (acrónimo de Emerging Markets Bonds Index, que en español quiere decir «índice de de bonos de países emergentes»).
El EMBI es una escala establecida en base a puntos básicos, que deben sumarse a la tasa de interés que pagan los bonos de USA. En concreto: es un seguro financiero. Sin embargo, la semana anterior nos enteramos que había seguros llamados ‘biológicos’ (que cubren el riesgo y daños a consecuencia de la pandemia), cuando un asegurador anuncio el pago de 120 millones de euros por la suspensión del torneo de tenis de Wimbledon (Reino Unido), a causa del covid-19.
Los factores que componen la vulnerabilidad son la exposición, susceptibilidad y resiliencia.
En el caso de pandemia se analizan riesgos directos e indirectos, para obtener diferentes perspectivas de cuantificación:
** los costos de la salud en vidas,
** los daños económicos, independiente de los intereses sectoriales -políticos, laborales, comerciales-,
** los diagnósticos médicos -como una visión parcial del riesgo, ya que siguiendo sus protocolos se limitan a evaluar el grado de transmisibilidad-,
** la gravedad del virus y su impacto a través de su protocolo histórico, en tasas diarias de incidencias, ingreso a los hospitales y a las UCI (unidades de cuidado intensivo).
Habiendo participado muchas veces en este tipo de análisis en mi trayectoria laboral como asegurador, y con la ayuda de otros profesionales, ensayamos una evaluacion que derivó en el siguiente diagnóstico de los mayores riesgos extra médicos, enfocado en la Argentina:
Si bien el virus mediáticamente es comparado con países europeos -tal vez por la ascendencia genética dominante en la Argentina-, los puntos en común se acercan más al desarrollo y expansión en Nueva York (USA).
¿Por qué motivo?
Porque el 1er. caso verificado coincidió en ambos lugares:
** Nueva York, con el 6% de la poblacion estadounidense, tiene el 50% de los fallecidos en USA,
** Área Metropolitana Buenos Aires (la suma de la Ciudad Autónoma y el Gran Buenos Aires), tiene el 45% de la población, el 70% de los infectados y sus 70 fallecidos representan mas del 70% de letalidad no casualmente coincidente con el 70% de los permisos autorizados en el país que circulan en el corredor geográfico;
** el AMBA suma unos 20 millones de habitantes, igual que Nueva York.
A nuestro entender, el foco contagioso de este virus es un universo de 1,5 millón de personas, cuando en teoría la suma de las personas autorizadas por rubro evaluado por gremio no debería superan los 500.000 para cubrir los servicios esenciales.
Esto mismo ocurre en los alrededores de Manhattan, por la circulación entre Brooklyn, Bronx, Queens, Staten Island y el resto de New York.
El traslado de bonaerenses a la Ciudad Autónoma -casi no hay traslado de porteños hacia el GBA-, potencia los contagios. La densidad demográfica es un punto clave al respecto. Un ejemplo: La Plata tiene una densidad de 24.000 habitantes por Km2 vs Ciudad Autónoma tiene de 15.000 hab. por Km2.
La logística del sector financiero es otro potenciador del contagio: apenas podía cubrir antes de la pandemia el pago a los 6 millones de jubilados, trabajando a pleno con todo su personal, hoy es lamentable su reacción cuando, con personal limitado, debe responder a los 6 millones + 6 millones de subsidios ANSeS.
Hay también graves problemas de potencial hacinamiento por las limitaciones de las empresas dedicadas al cobro de impuestos, y servicios.
Tal como se vera, el diferimiento de la cuarentena fue necesario, en especial por no poder
** solucionar a tiempo los nudos de logísticas tales como una depuración de autorizaciones de circulación que perjudican más, en términos de contagio, que los casos de multas tan difundidas mediáticamente;
** regularizar y ampliar la red bancaria y de cobro antes de cualquier intento de apertura productiva.
El destiempo y los intereses sectoriales pueden producir mas daño que el mismo virus y el reloj sigue corriendo. Hoy, con la curva aplanada, no alcanza para evitar un agravamiento en los proximos 15 dias.