Mujeres de pueblos originarios: la «Caminata Basta de Terricidio» que partió del sur y el norte se acerca a CABA

Reclaman que los crímenes contra sus territorios y sus cuerpos cometidos en la actualidad y a lo largo de la historia sean considerados de lesa naturaleza y de lesa humanidad.

«Basta de terricidio«. Con esa consigna, desde mediados de marzo, mujeres de diversas comunidades originarias del sur y el norte del país marchan hacia Buenos Aires con una demanda en común: que los crímenes contra sus territorios y sus cuerpos cometidos en la actualidad y a lo largo de la historia sean considerados de lesa naturaleza y de lesa humanidad bajo la figura del «terricidio». «Se trata de un concepto transversal, una síntesis de genocidio, ecocidio, feminicidio y epistemicidio. Como mujeres indígenas, sentimos todo eso directamente en nuestros cuerpos», advierten, organizadas en el Movimiento de Mujeres Indígenas por el Buen Vivir, mientras caminan las rutas, se detienen en las plazas de diversos pueblos, comparten y recogen testimonios de asambleas populares.

El objetivo es llegar a Buenos Aires el 25 de mayo, «recordando que en esa fecha el Estado se empezó a constituir como una fuerza de invasión en los territorios indígenas«, remarcan.

Terricidio

El 14 de marzo, la columna sur de la «Caminata Basta de Terricidio» partió desde la Lof Mapuche Pillán Mahuiza de Chubut. Tres días después, luego de una asamblea realizada en la Plaza San Martín de Roque Sáenz PeñaChaco, la columna norte también partió hacia Buenos Aires. Desde entonces, decenas de mujeres de diversas comunidades — mapuche, qom, avi guaraní, diaguita, aimará, wichi — llevan la consigna «basta de terricidio» a cada pueblo en que se detienen.

«Nos reciben con comida y abrigo, y hacemos asambleas para dar a conocer nuestra lucha. Pero también nos encontramos con otras activistas, ya sea ambientalistas o feministas, y recogemos reclamos vinculados a la temática», cuenta desde Viedma, donde actualmente se encuentra la columna sur, Neli Curia, mujer mapuche integrante del Movimiento.

Curia cuenta que en cada sitio suele encontrarse con la pregunta sobre el significado de «terricidio». «Es un concepto transversal, una síntesis de genocidio, ecocidio, epistemicidio y feminicidio. Es el exterminio sistemático de toda forma de vida tangible y espiritual», explica.

En diálogo con Página/12, la mujer detalla qué implica cada uno de esos conceptos en el marco del «terricidio» hacia las comunidades originarias. Genocidio, señala, «porque nunca ha cesado el exterminio sistemático contra nuestros pueblos, solo tiene otros nombres como desnutrición, hambre, deforestación o incendios». Ecocidio, porque «porque las empresas destruyen, saquean y contaminan los territorios, y porque es irreversible la forma en que están destruyendo las tierras con incendios o con el avance minero»

Epistemicidio, además, «porque la opresión sobre nuestra identidad es sistemática. Con la colonización se eliminaron formas de concebir la vida: tenemos poblaciones enteras que han olvidado sus idiomas y tuvimos que cambiar nuestros modos de vestir o nuestra medicina». Y finalmente, feminicidio «porque los crímenes de los terricidas son direccionados contra nosotras. Y cuando una niña es abusada ni siquiera toman la denuncia porque no entienden o porque creen que está bien que suceda porque somos indígenas».

Responsables colectivos

Los responsables del «terricidio», al que piden que se considere crimen de lesa humanidad y de lesa naturaleza, son, para las mujeres del Movimiento, sujetos colectivos. «El Estado nacional, los gobiernos provinciales y las empresas extractivistas«, enumera Curia. «No es una sola persona: hay responsabilidades colectivas. Las empresas, los gobiernos que dan la venia, que ignoran denuncias de organizaciones sociales o que no hacen cumplir las leyes que existen para resguardar los territorios», agrega.

Por eso reclaman que los responsables colectivos de dichos crímenes sean juzgados bajo la figura del «terricidio». «Los responsables tienen que ir presos con una condena en esos términos, que sus crímenes tengan consecuencias«, sintetiza desde Rosario Noelia Naporicci, mujer qom que participa de la columna norte de la caminata.

Esas exigencias plantearán el 25 de mayo, día en que planean arribar a la ciudad de Buenos Aires, «recordando que en esa fecha el Estado se empezó a constituir como una fuerza de invasión en los territorios indígenas». «En nosotras se hará presente la plurinacionalidad de nuestros territorios, la selva, la montaña, los animales, los cerros, ríos, arroyos y toda la naturaleza hablará a través de nuestra voz», señalan.

Caminata para sanar

Rosario es la parada actual de la columna norte. Allí permanecerá alrededor de una semana a la espera de un nuevo grupo que se sumará desde Córdoba. Mientras tanto, se mantienen «en contacto con vecinas autoconvocadas que están en conflicto por un desalojo, con hermanas afro antirracistas, hacemos talleres de artesanías, no dejamos de estar en movimiento«, comenta Naporicci.

Para ella la caminata es en sí misma un acto político. «Se trata de transitar los territorios y generar conciencia, transmitir experiencias que llevamos con el movimiento mismo», dice. «Cada centímetro de nuestro ser está atravesado por violencia, misoginia, racismo, despojo, pobreza. Nosotras caminamos para sanar. Porque solo la justicia nos acercará al Buen Vivir», subrayan desde el Movimiento.

Esquel, El Bolsón, Sierra Colorada y Las Grutas son solo algunos de los lugares donde la columna sur se detuvo antes de llegar a Viedma. Por su parte, además de Rosario, la columna norte estuvo en Resistencia, Quitillipi, Santa Fe y Cayastá. «Somos mujeres de 36 naciones indígenas, 36 territorios en contacto porque tenemos que decir basta de talar nuestros árboles, basta de matar a nuestros ríos: basta de matarnos«, sentencia Naporicci.

Basta de chineo

«Desde hace siglos les niñes indigenas, entre los 8 y 10 años, sufren violaciones por parte de criollos con cierto poder económico y social, que les eligen a modo de rito iniciático sexual. Esto es posible por la impunidad que se disfraza de ‘costumbre cultural'». Con este comunicado, el 8 de marzo de 2020, en el marco del Paro Internacional de Mujeres, el Movimiento lanzaba la campaña «basta de chineo» para denunciar y hacer visibles los sistemáticos abusos perpetrados sobre niñas de las naciones originarias. Poco más de un año después, la campaña sigue vigente y está presente en la caminata contra el terricidio.

«Esa consigna nació cuando la hija de una de nuestras hermanas tuvo un episodio de abuso en manada y como defensa se argumentó que esa era una práctica cultural ancestral. Una aberración», recuerda Naporacci. La mujer afirma que «cuando empezamos a investigar dimos con gente criolla, blanca, adulta, que elegía niñas de la comunidad para abusarlas, como un rito de iniciación. Lo hacían hijos de empresarios del lugar, dueños de supermercados o gasolineras». 

En febrero de este año, el Movimiento denunció un caso que terminó con el fallecimiento de la víctima. «El racismo y odio de los criollos hacia nuestras cuerpas – territorio se cobró otra vida más, una hermana indígena fue asesinada por un grupo de criollos en Chaco», denunciaron las activistas. «Este y todos los gobiernos tienen que entender que o nos ponen en agenda urgente o no tendrán paz hasta que nosotras encontremos justicia«, advirtieron.

Informe: Santiago Brunetto

Fuente: Pagina12