¿Qué es el techo de cristal?: la pregunta que no supo contestar bien un candidato a juez

En esta nota compartimos la definición acertada de techo de cristal y cuáles son algunos de los obstáculos que tienen las mujeres para ascender a puestos jerárquicos de trabajo.

Durante una entrevista a un candidato a juez en el Consejo de la Magistratura Nacional, al ser consultado sobre a qué hace referencia el concepto «techo de cristal», el hombre no respondió que no sbía y en su lugar dio una respuesta errada y extendida. Ante este hecho que circuló en Twitter, en esta nota dejamos la definición acertada de techo de cristal.

Ante la consulta sobre el concepto, el candidato a juez respondió: «Entiendo que justamente apunta a un montón de estas cuestiones internas que son difíciles de advertir a menos que uno ingrese en el análisis puntual de la situación. La denominación corresponde a la posibilidad de visibilizar una situación concreta ingresando a la realidad de la persona como si no hubiera limitaciones o paredes o techos que impidan visualizar la situación desde afuera. Permitir una visión integral del asunto y lograr de alguna manera colocarse en el lugar de esa persona para visualizar las dificultades que ha debido superar en una determinada situación».

El extracto de la entrevista fue compartido por Leandro Cahn, politólogo y director ejecutivo de Fundación Huesped. «Imperdible este segmento en la entrevista a un candidato a juez. Con ese pensamiento, luego fallan (en todas las acepciones del término) en cuestiones de género», expresó Cahn al retwittear el fragmento.

¿Qué es el techo de cristal?

Para no andar con rodeos, vamos directamente a la respuesta acertada de qué es el techo de cristal, un concepto clave para entender la realidad de las mujeres en el ámbito laboral.

El concepto techo de cristal fue acuñado por la consultora Marilyn Loden en 1978 y representa una metáfora del obstáculo -muchas veces invisible- que tienen las mujeres para ascender a puestos jerárquicos de trabajo en el marco de su desarrollo profesional, generado por los estereotipos y las construcciones culturales de las sociedades a través del tiempo.

Algunos de los obstáculos

Las barreras, construidas social y culturalmente, que presentan las mujeres en la ascensión a puesto de mayor jerarquía son muchos. Aquí algunos de ellos:

  • El prototipo de empleado ideal sigue siendo el varón. El estudio de LinkedIn, «Informe de Percepción de Género» revela que los hombres tienen más probabilidades de ser vistos -y contratados- en las compañías que están en busca de trabajado porque, entre otras razones, los reclutadores abren más perfiles de hombres.
  • La designación para ocupar puestos directivos no se hace por méritos sino por elección y tienen mucha influencia las redes sociales que los hombres desarrollan dentro de las organizaciones, pues una parte importante de los acuerdos se toma fuera de los horarios de trabajo.
  • Todavía predomina el estereotipo que relaciona al hombre con la autoridad y la dirección y se considera que la mujer no puede serlo porque le falta capacidad de mando y autoridad.
  • En el ámbito personal, las mujeres enfrentan obstáculos internos relacionados con baja autoestima, inseguridad, culpabilidad, perfeccionismo y miedo, consecuencias de la estructura social y la educación sexista y androcéntrica. En el informe citado de LinkedIn también se demuestra que las mujeres postulan menos a trabajos. El análisis detectó que es probable que alrededor del 16% de las mujeres no postule a una oferta de trabajo después de leerla.
  • Uno de los mayores problemas en la trayectoria profesional de la mujer es generado por la elección que tiene que hacer entre su vida personal y laboral. En este sentido es fundamental destacar que las mujeres destinan mucho más tiempo al cuidado y a las tareas del hogar, en comparación con los varones. El reciente informe de informe desde la Dirección Nacional de Economía, Igualdad y Género arrojó que el 75,7% de estas tareas son realizadas por mujeres en Argentina.

Fuente: Filonews