El reciclaje creativo es otra de las actividades ecológicas que les gusta a los niños, se divierten y toman cnciencia sobre la importancia de no despilfarrar los recursos.
Una opción es que dejen volar su imaginación transformando una simple caja de cartón, una botella de plástico y demás materiales de desecho en juguetes.
Los periódicos y revistas también son ideales para hacer manualidades como collages, decoración navideña o para cualquier otra fiesta especial y, por qué no, pueden transformar sus juguetes viejos y renovarlos, o bien combinando piezas o reutilizándolos como complemento de sus nuevas creaciones con materiales reciclados.
Además, la naturaleza nos regala múltiples elementos que después nos servirán para hacer todo tipo de manualidades. Por ejemplo, las nueces, o piñas las caídas. Haremos que los niños las recolecten para después hacer manualidades (o comerlas, en el caso de los frutos secos). También, con la ayuda de palillos podemos crear divertidos animales, como caballos, perros, un mono, una jirafa, u otros objetos, como coches, sillas o mesas.
Igualmente, podemos llevarlos un día a recoger piedras de diversas formas y tamaños y después, en casa, pintarlas y realizar interesantes composiciones. Por ejemplo, un colorido cesto de frutas, una simpática granja después de haber pintado diversos animales.
También con las hojas caídas del otoño podemos hacer preciosas composiciones pegándolas sobre madera, especialmente si las pintamos antes con sprays de colores, o con purpurina dorada y plateada.
Una actividad muy positiva para los niños es animarlos a realizar su propio cultivo de legumbres en tarritos de yogur, también sirven las verduras o algo que les guste especialmente. El niño experimentará una gran satisfacción el día que pueda comer aquello que cultivó, cuidó y vio crecer.
Fuente: Ecomundo