Trabajadoras y trabajadores autoconvocados de salud mantienen hace más de 40 días un reclamo por una recomposición salarial digna y acorde a la situación económica actual, rechazan el acuerdo entre ATE y el gobierno provincial y remarcan el vaciamiento de la salud pública por parte del Estado neuquino desde hace años.
Lo que comenzó como un desacuerdo por el insignificante arreglo salarial, terminó en un cuerpo de delegadxs elegidos democráticamente, una asamblea interhospitalaria con representación de toda la provincia, cortes de ruta en numerosos puntos clave de circulación y producción petrolera, y una mediación que aún sigue en curso. El reclamo por una mejor recomposición salarial derivó en nuevas formas de organización, no solo democrácticas, sino también feministas.
Sol Martín es trabajadora social del Centro de Salud del barrio El Progreso y una de las 12 delegades que ingresó a la mesa de mediación convocada por la Fiscalía de Neuquén. El miércoles 14/04 antes de la multitudinaria marcha en apoyo a las y los trabajadores de salud por el centro neuquino, dialogó con La Revuelta.
-¿Cómo comenzó esta lucha hace más de 40 días? ¿Cuál fue el disparador?
Esto no arranca hace 40 días, el vaciamiento de la salud pública se viene dando hace tiempo, nos mantiene a las trabajadoras y trabajadores en un estado de discusión permanente sobre cómo se lleva adelante la administración del gobierno. Lo que dispara el conflicto actual es un nuevo acuerdo a espaldas de los y las trabajadoras, un acuerdo salarial a la baja, que fue acordado por el gobierno y la conducción sindical dándole la espalda a todas las asambleas de base que se hicieron en muchas localidades de la provincia. Desde entonces no frenamos, día a día, fue creciendo la lucha, sumándose compañeras y compañeros que en un principio eran llevados por los planteos de la conducción sindical. Hasta el día de hoy se siguen sumando equipos de salud a la lucha.
-Esta lucha tiene de particular la elección de delegadxs por fuera del sindicato en cada hospital, las decisiones por asamblea, y la asamblea interhospitalaria. ¿Cómo ha sido ese proceso?
Es una lucha inédita, para el área, para la provincia. Estamos disputando los modos de organización sindical, los mecanismos de organización. Eso es inmenso. En un principio la conducción del sindicato nos asemejó a un elefante, porque decían que no teníamos forma. Y claro, no le encuentran la forma porque no pueden asumir que esta organización democrática de base, es LA forma que en la que se debe salir a la lucha para conquistar derechos que respondan a los intereses de las y los trabajadores.
-También hay un sesgo de género. ¿Cómo enfrentan las cuestiones machistas y prácticas patriarcales del gremio? Teniendo en cuenta que hay gran cantidad de mujeres sosteniendo este reclamo.
No es algo que hayamos discutido en el ámbito de la interhospitalaria, pero sí lo venimos dialogando con muchas compañeras por los aprendizajes que hemos hecho desde los feminismos: qué es lo que queremos, en qué tenemos que irrumpir en estos nuevos modos de organización sindical. Quienes nos reconocemos feministas estamos reproduciendo día a día los aprendizajes que tenemos desde el feminismo. La conducción burocrática y los mecanismos machistas se cuelan todo el tiempo. Tenemos una disputa permanente contra el gobierno, contra la conducción burocrática del sindicato y también con los mecanismos machistas que se cuelan en todo tipo de organización sindical.
El nivel de diálogo, de respeto, de amorosidad que tenemos en las asambleas, en las discusiones del cuerpo de delegadxs, tiene que ver – es una apreciación personal- con el alto grado de composición femenina feminista. Instamos a respetar los mecanismos democráticos, a escuchar la apreciación de cada compañera sea del Castro Rendón o de El Huecú. Estamos ante una formación política feminista desde hace 40 días de avanzada.
Ser mujer biológicamente no significa ser feminista, las señoras ministras que están definidas para la mediación vienen con el discurso del gobierno, una línea clara de no darle lugar a la lucha de salud. Es intransigente la posición. Les discutimos con fundamentos con altura, tenemos un equipazo ahí adentro, cada una de nuestras intervenciones eran irrefutables, y las ministras no se salen de la posición: levanten los cortes-paz social. Sin hacer acuse de recibo a lo que implica el desfinanciamiento del sistema público de salud y lo que implica en este contexto de pandemia. La gente es la que les exige al gobierno que atienda a la calidad de la salud pública para la atención de la pandemia. Esto no es una recomposición salarial de un sector y nada más.
-¿Creen que la asamblea interhospitalaria se va a mantener en el tiempo más allá de este conflicto?
Es inmenso lo que estamos haciendo, haber recuperado estos mecanismos, ya que ATE se había ocupado hace años de sostener la paz social y planchar en todos lados la organización de trabajadores y trabajadoras. Todas y todos vemos la importancia que reviste la asamblea, la conformación de los cuerpos de delegadxs, la asamblea interhospitalaria como máxima autoridad.
Ya se planteó ayer que el cuerpo de delegadxs se sostenga más allá de este conflicto puntual y hubo un gran acuerdo. De acá no volvemos para atrás, de acá para adelante.
Fuente: Larevuelta